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       MĆ”s tardo la bella Blancanieves en probar un bocado de la  manzana que en desmayarse, quedar mĆ”s lĆ­vida que su nombre y permanecer como muerta hasta… bueno, todos sabemos el final, de haber vivido en esa Ć©poca el gran investigador HĆ©rcules Poirot – o, en su defecto, la escritora y especialista y en venenos Agatha Christie-, ĀæQuiĆ©n puede asegurarnos que el cuento de hadas no se habrĆ­a transformado en una historia de detectives?

 

      Seguramente Poirot habrĆ­a puesto a trabajar sus ā€œpequeƱas cĆ©lulas grisesā€ y, basĆ”ndose en otro misterioso caso con caracterĆ­sticas similares, sospechando que los siete enanos mentĆ­an o se engaƱaban a sĆ­ mismos- pues ninguno habĆ­a sido testigo directo de que Blancanieves morderĆ­a la fruta-. Tal vez su madrastra habĆ­a sido culpada injustamente – razonarĆ­a Poirot- y, en realidad, deprimida por tener que esconderse en una casa en la que era obligada a hacer las faenas domĆ©sticas, la seƱorita Nieves habĆ­a ingerido sidra adulterada por… Āæignorancia o intento deliberado de suicidio? Nunca lo sabremos.
 

      Lo que sĆ­ sabemos es que a principios del siglo XXI un trabajador de 23 aƱos se presentó en un hospital para ser tratado, luego de haber pasado dos dĆ­as con pensamientos confusos (no sabemos si confundĆ­a las diez u once dimensiones de la teorĆ­a supersimĆ©trica de cuerdas o si se trataba de otro tipo de confusiones), somnolencia y un arrastre de las palabras al hablar. Sin necesidad de un Poirot, confeso haber consumido, dos dĆ­as antes del ingreso al hospital, doce unidades de al alcohol (una unidad de alcohol es aproximadamente un vaso pequeƱo de vino). Como lo recomendable por los mĆ©dicos es consumir no mĆ”s de tres unidades por dĆ­a, No necesitamos ser detectives para deducir que nuestro paciente se habĆ­a pasado de copas. 

 

    Una resaca por lo general no es razón para ser hospitalizado, siempre y cuando el alcohol no este adulterado. El problema es que a falta de etanol (alcohol etĆ­lico, que es lo que contiene las bebidas alcohólicas; aunque por supuesto, en concentraciones no mayores al 50%), nuestro paciente ingirió etilenglicol, un quĆ­mico de sabor dulce que, entre otros productos, estĆ” presente en detergentes, pinturas y cosmĆ©ticos. Doce dĆ­as despuĆ©s de haber presentado los primeros sĆ­ntomas de intoxicación por etilenglicol, el paciente quedó paralizado. Una electroencefalografĆ­a mostro que tenĆ­a actividad cerebral normal y por lo tanto, al igual que Blancanieves, seguĆ­a vivo.

     Los hermanos Grimm no nos dicen por cuanto tiempo estuvo como muerta pero, dado que los enanitos la llevaron en un ataĆŗd de cristal a la cima de una montaƱa y que iban a verla todos los dĆ­as, podemos suponer que no fue poco el tiempo que paso en ese estado. Nuestro paciente envenenado con etilenglicol ā€œdespertĆ³ā€ de su estado luego de dos meses, a diferencia de Blancanieves, lo hizo espontĆ”neamente y sin necesidad de un beso. Eso sĆ­, tardo diecisĆ©is meses por recuperarse por completo (el ā€œcasiā€ es porque nunca recupero la audición), aun dudamos de que un beso – asĆ­ fuera de Mónica Belluci en su papel de malvada reina en la pelĆ­cula Los Hermanos Grimm sirviera para acelerar en algo el proceso.


    Quien culpe a los reales padres de negligencia o maltrato en cualquiera de los expedientes clĆ­nicos aquĆ­ examinados no tiene mĆ”s que dar vuelta a la pĆ”gina para recordar que, para los niƱos que habitaban en el PaĆ­s de las Hadas, este territorio no era limĆ­trofe con el EdĆ©n o que, en todo caso, obtener la visa para entrar a Ć©l era bastante difĆ­cil si uno no tenĆ­a un hada madrina.



 

La manzana envenenada de Blancanieves, Āæera sidra adulterada?
 

Ā© 2015. 

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